Si pensabas que los despidos masivos en Argentina eran crueles, preparate para lo que será el futuro.
Muchas veces pensamos que las cosas no pueden ponerse peores. Ya sea porque los gobiernos no cumplen sus promesas o porque el presente es desalentador, nos cuesta imaginarnos escenarios aún peores.
Hoy en Argentina hay miles de personas que han perdido su trabajo y esto nos parece una novedad. Lamentablemente, el futuro y la tecnología nos traen peores noticias para nuestro país y el resto del mundo.
Presten atención, amigos de IruTV, estos son algunos de los trabajos que dejarán de existir en los próximos años:
Cajeros de bancos o supermercados

El futuro ya comenzó a mostrarnos sus cartas: muchos supermercados ya cuentan con cajas de servicio independiente, donde uno escanea los productos y paga por su cuenta.
Ojo, la mayoría todavía necesita de cierta interacción humana para cerrar la operación, pero ya es visible que en algunos años esto no será necesario.
Lamentablemente, este avance generará que muchos pierdan su trabajo.
Agentes de viajes

Las conocidas agencias de viaje están en grave riesgo: hoy por hoy ya se encuentran en amenaza por la incipiente aparición de sitios, buscadores y apps que se especializan en conseguir la mejor oferta en pasajes o vuelos.
Más allá que la industria turística es enorme y las posibilidades son aún más grandes, las agencias van en camino a la extinción; con su defunción vienen asociados miles de empleos que no tendrán uso en el futuro.
Ahora tenemos dos motivos para odiar los comerciales de Trivago.
Canillitas

Esta pérdida es particularmente dura. A pesar que no es el más funcional de los trabajos, el canillita representa un punto de conexión en los barrios.
Este individuo cuida a sus vecinos, siempre está predispuesto a charlar o tomar unos mates y es un elemento más de la cuadra.
Con la inevitable muerte de los medios impresos, el futuro no va a ser piadoso con los canillitas.
Conductores de todo tipo

Para esto quizás falte más tiempo, pero aquí también se perderán varios trabajos.
Por un lado, taxistas y colectiveros se verán amenazados una vez que los autos que se conducen solos sean una realidad. Por suerte para ellos, recién Tesla y Google están haciendo las primeras pruebas, por lo que todavía estamos muy lejos de que esto sea una realidad.
Mientras tanto, en la aviación hay avances más claros: cada vez hay menos trabajadores en las cabinas, ya que los aviones cuentan con avanzados sistemas de vuelo, que no necesitan de muchos operadores.
No sé ustedes, amigos iRutianos, pero la idea de subirme a un avión o a un auto manejado por un algoritmo me atormenta más que este baile:

Telemarketers

Esta profesión es una de las más castigadas, ya que recibe todas nuestras frustraciones sin poder replicarnos un insulto. Pero es posible que extrañemos a nuestros amigos telemarketers en el futuro.
Esto se debe a que no hay nada peor que hacerle un reclamo a una máquina. ¿Cuántas veces estuviste a punto de romper tu teléfono de tanto esperar en línea y recibir respuestas automatizadas?
Claramente hacia eso vamos, probablemente con una mejor en lo que es la atención, pero asesinando a la profesión de telemarketers.
Hombres y mujeres encargados de la barra

Vas a tu bar favorito y ella siempre sabe cómo te gusta tu fernet (que si no es 65% y 35% no entendés nada). O pegaste buena onda con uno de los trabajadores de la birrería y te regala una pinta cuando vas.
Lamentablemente esta profesión perderá sentido en las próximas décadas: sofisticadas máquinas podrán armarte tus tragos como vos quieras, eliminando la interacción con el barman.
¿Entendemos las consecuencias de esto? Moe cerraría su taberna y su establecimiento sería comprado por una insensible multinacional. Doloroso.
¿Qué podemos pensar para el futuro?

Es muy complicado plantearse carreras orientadas para las necesidades de la próxima sociedad: Un estudio de la compañía Dell estimó que el 85% de las profesiones del futuro todavía no existen.
Incluso muchos trabajos que hoy existen cambiarán radicalmente en los próximos diez años. Los que llevarán mejor estos cambios son aquellos que estén dispuestos a adaptarse y mejorar, con un alto nivel de aprendizaje.
Por suerte los argentinos tenemos una maestría en crisis, por lo que seguramente caeremos parados ante estas amenazadas.