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Coronavirus y cambio climático: dos grandes problemas de la humanidad

Desde que comenzó la cuarentena obligatoria para casi todo el mundo, vimos en las redes sociales mensajes como: “El planeta respira”. ¿Es prudente decir que gracias al coronavirus hay menos contaminación? En esta nota te vamos a contar la relación entre estas problemáticas y la reflexión para poder ser parte del cambio. 

Primero tenemos que aclarar que, el coronavirus está dejando miles de víctimas fatales alrededor del mundo y llevando a la cuarentena a otros millones. Por otro lado,  el cambio climático también se cobra víctimas fatales y su mortalidad, según enunció Naciones Unidas, se estima mucho mayor a la del coronavirus con el correr del tiempo.

Como se ve desde acá, hablar de “beneficios del COVID” es un tanto irresponsable, pero sí es una gran oportunidad para pensar por qué la contaminación en países como China ha disminuido drásticamente desde que la población quedó encurentenada.

Desde la conferencia por el cambio climático de las Naciones Unidas se comparó a estas dos emergencias contemporáneas y concluyeron que ambas dependen de la humanidad, es decir, de empresarios, gobiernos y civiles. Cada uno desde el lugar que le toque vivir tiene su grado de responsabilidad para que esto no siga avanzando y con suerte podamos volver a nuestras “vidas cotidianas”.

Vacunas contra el COVID-19 y Cambio climático 

La vacuna más necesaria es la acción humana. Mientras esperamos para el COVID-19 la mano de la ciencia

Por el momento son muchos los proyectos realizados por grupos de científicos o biólogos de diferentes universidades sobre el desarrollo y la posterior producción de una vacuna definitiva contra el coronavirus COVID-19 (aunque todavía no hay nada confirmado) está en carrera esta posible solución para la humanidad. 

Pero el calentamiento global, y la crisis ambiental no tienen una vacuna, es algo que no va a dejar de avanzar a menos que entre todos y todas nos pongamos las pilas con acciones que cambien de manera permanente nuestra relación tóxica con el medio ambiente, donde claramente los violentos somos nosotros.

Las medidas de suspensión de actividades para controlar la transmisión de la enfermedad redujeron la actividad económica y, consecuentemente, generaron mejoras, pero debemos aclarar que son temporales. Sabemos que el dióxido de carbono y otros gases contribuyentes al cambio climático, hay que considerar que persisten durante extenso tiempo en la atmósfera, por lo que las reducciones ante un freno del transporte y la actividad industrial sólo tienen un efecto limitado.

Cambio climático y dengue: otra preocupación

El dengue un problema que venimos combatiendo hace tiempo

La situación del dengue es una realidad con la que lidiamos hace bastante tiempo en nuestra región, es una infección vírica transmitida por mosquitos hembra principalmente de la especie Aedes aegypti y, en menor medida, de Aedes albopictus. Estos mosquitos también transmiten la fiebre amarilla, la fiebre chikungunya y la infección por el virus del zika.

Las variables de las que depende la propagación del dengue, son por precipitaciones, temperatura y urbanización rápida sin planificar, según la OMS. El dengue se presenta en los climas tropicales y subtropicales como la de nuestra región, especialmente en zonas urbanas y semiurbanas. Las tasas del virus están relacionadas con la densidad del mosquito y ésta se ve afectada por dos de esas variables que mencionamos: temperatura y precipitación.

Además de la temperatura, hay muchos otros cambios; por ejemplo, en el uso del suelo sacando un ambiente natural para usarlo productivamente, que también influyen. Si aumentara la temperatura, puede haber más dengue; pero lo que hemos advertido también es que la distribución del aegypti en el país se empezó a expandir no sólo asociado a un posible aumento de la temperatura sino a la urbanización. Cuando la temperatura no ayuda, quizás el tamaño de la ciudad ayuda a que aparezca.

El dengue está muy asociado a la urbanización desordenada, a la urbanización pobre con, por ejemplo, mala calidad de provisión de agua; al aumento poblacional y al crecimiento desorganizado de la urbanización. La solución al dengue debe ser multidimensional, volvemos a la base, gran parte de la solución radica en nuestros hábitos de higiene, tanto para combatir el dengue como también así la propagación del coronavirus.

Recuperación post-pandemia

Pensar en un desarrollo sostenible no es una novedad, pero sí una urgencia

Una propuesta del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ante el Día de la Tierra en medio de la pandemia. Son seis medidas tendientes a que la inversión, la creación de empleos y el apoyo a empresas de la recuperación estén dirigidos al desarrollo de una economía “verde” (más sustentable) y no a un retroceso hacia la economía “gris” (contaminante) como veníamos antes.

Las medidas van desde terminar con los subsidios a los combustibles fósiles y que las empresas paguen por la contaminación que generan hasta el trabajo como comunidad internacional.

Cerramos esta nota con los dichos del Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, “Es importante aprovechar las similitudes entre el coronavirus y el cambio climático para ayudar a impulsar el impulso detrás de la acción climática global”.

Necesitamos entender que cuando decimos COVID y cuando decimos cambio climático, estamos viendo cosas similares: desafíos globales que necesitan respuestas globales, respuestas globales que son solo es posible en un contexto multilateral, y se desprende de nuestra accionar ciudadano.